Problemas relacionados con el estado de ánimo.
Situaciones de estrés y nerviosismo.
Dificultad para tomar una decisión.
Problemas y discusiones a nivel familiar.
Conflictos y desacuerdos en la pareja.
Problemas con los hijos.
Ante una pérdida.
Situaciones que producen miedo.
Problemas en el trabajo.
En rupturas sentimentales.
Problemas de índole sexual.
Situaciones pasadas no superadas.
Situaciones en las que no se está a gusto con uno mismo.